Un legado musical que cambió la industria y dejó una huella imborrable
Quincy Jones, el icónico músico y productor estadounidense, falleció el domingo 3 de noviembre en su hogar en California a los 91 años. La noticia fue confirmada por The New York Times, aunque hasta el momento se desconocen las causas de su deceso.
Reconocido como una figura clave del siglo XX, Jones revolucionó la industria musical a lo largo de más de siete décadas, dejando una huella profunda en géneros como el jazz y la producción de álbumes. Su colaboración histórica con Michael Jackson en Thriller, el disco más vendido de todos los tiempos, es un testimonio de su impacto en la música.
Inicios en el jazz
La trayectoria de Quincy Jones es una de las más diversas y exitosas en la historia musical. Comenzó en la década de 1950 como trompetista y arreglista, colaborando con leyendas del jazz como Lionel Hampton, Ray Charles y Dizzy Gillespie. Este período fue crucial para consolidar su reputación como arreglista y le permitió explorar distintos géneros musicales.
Su trabajo en el cine
En los años 60, Quincy Jones dio un paso importante hacia la composición de bandas sonoras, convirtiéndose en uno de los primeros afroamericanos en alcanzar el reconocimiento en Hollywood en este ámbito. Creó la música para The Pawnbroker (1964) y In the Heat of the Night (1967), fusionando de manera innovadora el jazz con la música orquestal.
Producción musical: su mayor éxito
El punto culminante de su carrera como productor llegó en las décadas de 1970 y 1980. Colaboró con artistas de renombre, pero su trabajo más emblemático fue con Michael Jackson en los álbumes Off the Wall (1979), Thriller (1982) y Bad (1987). Thriller se convirtió en un fenómeno mundial y sigue siendo el álbum más vendido de la historia, con más de 66 millones de copias vendidas. Además, Jones fue el productor de “We Are the World”, la histórica colaboración con destacados músicos para recaudar fondos contra el hambre en África.
Una influencia que va más allá de la música
A lo largo de su carrera, Jones recibió más de 80 nominaciones al Grammy, ganando 28 de ellas, lo que establece un récord en la historia de estos premios. En 1985, se convirtió en el primer productor afroamericano nominado al Oscar a Mejor película por The Color Purple (1985), marcando otro hito en su trayectoria.
Su legado trasciende el ámbito musical: fue un pionero en la integración racial en el entretenimiento y un mentor para generaciones de músicos. En 2018, su vida y obra fueron retratadas en el documental Quincy, co-dirigido por su hija Rashida Jones, que ofrece una mirada íntima y completa de su enorme legado, el cual perdura hasta hoy.